lunes, 30 de octubre de 2017

Página Suelta #14. Sobre que todo lo que sucede existe si nos atrevemos a buscarlo

Se suele decir que lo que no se publica en los medios no existe. Mentira. Las cosas existen si nosotros queremos que existan. Un ejemplo de ello es la exposición Magnum: Hojas de contacto. Centrada en la fotografía de la prestigiosa agencia, y resignificado este formato como baluarte de la instanteneidad  y lo fugaz, cobra más sentido que nunca.

Entrada a la exposición, en la Fundación Canal de Isabel II / ©Fundación Canal
Durante un repaso de los acontecimientos más importantes del siglo XX a través de los fotógrafos insignes de la historia (Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, Inge Morath, Bruno Barbey, Cristina García Rodero...) podemos apreciar cómo lo que se publica existe, y lo que no, también. Centrada la temática de la exhibición en las denominadas hojas de contacto, una suerte de proposiciones por parte de los profesionales de la fotografía hacia los editores de los medios, se puede apreciar cómo la superación de los inconvenientes para entender algo en profundidad está al alcance de cualquiera.

Fotografía de Bruno Barbey en las revueltas parisinas de Mayo
del 68 junto con su correspondiente hoja de contacto / ©Magnum Photos
De acuerdo, las imágenes mitificadas son únicas, pues todos conocemos la cara del Che estampada en infinitos productos comerciales, así como las revueltas de mayo del 68 en París con la fotografía de los estudiantes, ataviados con chaquetas y pantalones de pana, portando en sus manos piedras y palos.

Pero nunca hay una fotografía sin hermanas. Hermanas que pueden no ser adecuadas para publicar en un momento concreto de la historia pero que sí lo pueden ser después. Síntoma de ello son las monografías de autores dedicados profesionalmente a inmortalizar la actualidad que, aunque en medios solo publicaron una o dos instantáneas, más tarde sacaron a la luz diversos volúmenes con todas las demás hermanas de aquella fotografía famosa de la que todo el mundo se acuerda.

Además, la mirada del gremio de los retratistas es esencial. Y sí, también es subjetiva, como cualquier mirada que se precie. Así lo contaba Philip Jones Griffiths, que alcanzó la cima tras publicar fotografías sobre las víctimas de la Guerra de Vietnam: "No inventé las fotografías. No las falsifiqué de ningún modo. ¿Son tendenciosas? Desde luego. Cuando miras por un visor, lo que decides ver es un hecho subjetivo".


A la izquierda, las hojas de contacto presentadas por Thomas Hoepker el 11-S, 
a la derecha, las que presentó Cristina García Rodero para uno de sus trabajos/ ©Magnum Photos

Es el espectador, el público, el pueblo en sí el que se debe interesar por saber qué hay más, qué sucede más allá de un breve instante que alguien, en algún lugar del mundo, se atrevió a  hacer eterno con su arma al cuello, la cámara.

Sea como fuere, nunca sabremos qué está pasando por la espalda del fotógrafo; ¿podréis seguir viviendo tranquilos con la incertidumbre?

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