sábado, 25 de noviembre de 2017

Página Suelta #21. Obituario Ficticio de Mariano Barbacid

Mariano Barbacid, considerado como uno de los personajes más importantes en investigación bioquímica de todo el mundo, falleció ayer a las seis y media de la tarde en el madrileño hospital Santiago Ramón y Cajal a los 68 años. Tal y como adelantaban en la Agencia Efe, el investigador sufrió un ataque del que no se pudo recuperar mientras estaba ingresado por el atropello que le llevó a la cama del hospital el martes de la semana pasada.

El acontecimiento es el trágico fin de una vida entera dedicada a la investigación en torno al cáncer. Reconocido tanto en el ámbito especializado de su labor como por el público general, Barbacid llegó a ser la vanguardia científica de España. Ya en su génesis como estudiante de bioquímica en la Universidad Complutense de Madrid destacaba, lo que le catapultó a ser becario en Estados Unidos hasta lograr llegar a ser el director del departamento de oncología en el Instituto Nacional del Cáncer de Maryland.

Después regresaría a España para dirigir el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, cargo que ha desempeñado hasta sus últimos días. Como recordaba su asistente personal en una charla informal con los medios tras comunicar su fallecimiento, el científico tenía en gran estima dos de las condecoraciones que le habían entregado a lo largo de su vida: el Distinguished Young Scientist Award, en 1983, y la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo, en 2011.

Mariano Barbacid / © ABC
Reconocimientos estos a avances que dieron la vuelta al mundo, como el aislamiento de un gen humano mutado capaz de causar cáncer nunca antes aislado que significó una inhóspita mejora en cuanto a la investigación sobre la tan mortífera enfermedad. Este descubrimiento tuvo cabida en la internacional y consagrada revista especializada Nature, en donde lo publicó en 1982.

Pero su trayectoria todavía tenía mucho más camino que andar. Ya entrado el nuevo milenio, en 2003, consiguió demostrar que una enzima (la CDK2) no era imprescindible para el inicio de la replicación celular, tal y como se creía hasta entonces. Este acontecimiento es el que marcó toda su línea de investigación posterior, según recuerdan fuentes cercanas a la familia que se han acercado al mismo hospital para acompañar a sus seres queridos.

Sin duda, una pérdida no esperada en el mundo de la ciencia, de la investigación, del compromiso en mejorar la calidad de vida de las personas. Desde Madrid, la capital que vio nacer sus progresos y desde este medio, incluso este escritor que ahora escribe estas líneas apenado, mandamos enérgicamente condolencias a los familiares, amigos y todas aquellas personas que tuvieron la enorme suerte de tratar con Barbacid, uno de los grandes entre los grandes.


-Obituario ficticio escrito para la asignatura 'Periodismo especializado en ciencia y cultura',
presentado el día 29 de noviembre de 2017.-

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